Introduccion[/size]
El súcubo (del latín succŭbus, de succubare, «reposar debajo»), según las leyendas medievales occidentales, es un demonio que toma la forma de una mujer atractiva para seducir a los varones, sobre todo a los sensibles, a los adolescentes y a los monjes, introduciéndose en sus sueños y fantasías. En general son mujeres de gran sensualidad, persuasión y carácter.
El mito del súcubo pudo haber surgido como explicación del fenómeno de las poluciones nocturnas y la parálisis del sueño. Según otras perspectivas, las experiencias de visitas sobrenaturales claras pueden ocurrir por la noche en forma de alucinación hipnogógica.
Este personaje es una de las bases de la figura del vampiro.
Etimología
La palabra «súcubo» proviene de una alteración de succuba; La propia palabra deriva del prefijo sub- que significa «debajo de, debajo», y del verbo cubo, cubare, que significa «yacer». Por lo tanto, el súcubo es alguien que queda bajo otra persona, mientras que un Incubus (latín in-, la posición en este caso es «encima») es alguien que queda sobre otra persona también es llamado sharon.
Apariencia
La apariencia de los súcubos varía, en general, tanto como la de los demonios; no hay ninguna apariencia o representación definitiva. Sin embargo, se suelen pintar casi universalmente como seductoras mujeres desnudas con una belleza no terrenal, a menudo con alas demoníacas. De vez en cuando, se les dan otros rasgos demoníacos, como pueden ser los cuernos, una cola con una punta terminada en triángulo, ojos de serpiente, colmillos, serpientes enrolladas a su cuerpo, etc. A menudo, simplemente aparecen en los sueños como una mujer atractiva y desnuda de la que la víctima no puede deshacerse de ella ni olvidarla, incluso después de despertar.
Motivaciones
La versión más difundida es que los súcubos atacan a sus víctimas para absorber la sangre o energía vital del hombre y así alimentarse. A menudo, esto provoca en el hombre dolencias físicas y espirituales, y hasta la muerte.
Datos curiosos
En el siglo XVI, una talla o escultura de un súcubo fuera de una posada, indicaba que también funcionaba como burdel.
Íncubo
Íncubo (del latín Incubus, in, ‘sobre’ y cubare, ‘yacer’, ‘acostarse’) es un demonio masculino en la creencia popular europea de la Edad Media que se supone se posa encima de la víctima durmiente, especialmente mujeres, para tener relaciones sexuales con ellas, de acuerdo con una cantidad de tradiciones mitológicas y legendarias. Su contraparte femenina se llama súcubo. Un íncubo puede buscar tener relaciones sexuales con una mujer para convertirse en el padre de un niño, como en la leyenda de Merlín.[1] Algunas fuentes indican que puede ser identificado por su antinatural frío pene.[2] La tradición religiosa sostiene que tener sexo con un íncubo o súcubo puede resultar en deterioro de salud, o incluso hasta la muerte.[3] Las víctimas viven la experiencia como un sueño sin poder despertar de éste.
Mito
Si la mujer queda embarazada puede dar a luz niños deformes, de fácil control por parte del mal, o con habilidades especiales (como el mago Merlín, hijo de un íncubo y de una prostituta, según una de las tantas versiones de su nacimiento, otra versión de la leyenda dice que la madre era una monja seducida por el demonio, otra de las versiones sostiene que la madre era una célibe hija de un rey menor de Gales del Sur). El íncubo succiona la energía corporal de la persona en el momento de la copulación, de esta manera vive o se hace más fuerte. En casos extremos de acuerdo a quienes los estudian, puede llegar a darle un paro al corazón de la víctima e incluso matarla por la succión energética ocasionada, dejando a la víctima débil o enfermiza.
Caracteres mitológicos similares
Se le conoce por diferentes nombres alrededor del mundo de acuerdo al folclore popular regional.
En Brasil es conocido como Boto, un ser joven y bello, traje blanco, zapatos blancos y su característico sombrero blanco que busca tapar una parte de la cara y el agujero en el alto de su cabeza.
En la provincia chilena de Chiloé es conocido también como el Trauco, representado como un enano que seduce a las jóvenes en pubertad, algunas veces el trauco es usado para explicar embarazos no deseados o súbitos, especialmente en las mujeres no casadas.
En Colombia se le llama "El mohán", y lo describen como de corta estatura y de cabello largo. Seduce a las mujeres de ojos grandes y pelo largo mientras se bañan o se peinan a la orilla de un río. Lo caracterizan también por tocar la flauta o el tambor.
En Ecuador se le llama "Tintin", y lo describen a menudo como un duende. De corta estatura y que seduce a las mujeres mientras se bañan o duermen que comúnmente vive en árboles grandes o antiguos, razón por la que se explican embarazos.
Otra versiòn es el llamado "Chusalongo", una entidad vestida de negro un Hombre alto apuesto que merodea en los paramos, seduce a las chicas y luego cambia de forma a la de un enano peludo con garras, esta leyenda también era empleada para explicar los embarazos no deseados, principalmente en el sector de la provincia de Chimborazo (provincia) y Cotopaxi (provincia)
En Guatemala es conocido como El Sombrerón, un ser de reducida estatura, galante, que viste de negro, utiliza minúsculas botas y un enorme sombrero (de ahí su nombre), seduce a las mujeres jóvenes, enamorándolas con bellas canciones.
En Honduras se le conoce como el Duende, es de baja estatura y secuestra a las mujeres de los pueblos para casarse con ellas, ataca a los esposos o novios de las mujeres tirando piedras o agua por la ventana.
En Hungría es llamado liderc y puede ser un amante satánico que vuela por las noches, y parece como una luz arrolladora o como un pájaro de fuego.
En Paraguay es conocido como Kurupí, un ser mitológico con un miembro viril gigantesco, que secuestra mujeres para violarlas; también en la mitología guaraní, el Pombero -hombre enano, flaco, de abundante vellosidad- secuestra y viola a mujeres a las que deja generalmente embarazadas.
En El Salvador, es conocido como Cipitío, enano y panzón que enamora a las mujeres.
En México se le llama "Rauel", y lo describen a menudo como de corta estatura. seduce a las mujeres mientras se bañan o duermen sosteniendo su seno derecho, convenciéndolas de que lo que hacen está bien porque es placentero, persuadiéndoles. Lo caracterizan también por ser responsable de violaciones de padres a sus hijas.
En Panamá se le denomina "Zangano"; pero en el caso de su mito local, a las mujeres no las embaraza, solo las molesta al no acceder éstas a sus peticiones.
En Venezuela se le denomina "Zangaretón", que es el hombre que se hace valer de cualquier forma animal para viajar de un lugar a otro, para después violar a la mujer que desea. Se dice que estos seres son transformaciones de hombres que se valen de la Magia Negra.
El súcubo (del latín succŭbus, de succubare, «reposar debajo»), según las leyendas medievales occidentales, es un demonio que toma la forma de una mujer atractiva para seducir a los varones, sobre todo a los sensibles, a los adolescentes y a los monjes, introduciéndose en sus sueños y fantasías. En general son mujeres de gran sensualidad, persuasión y carácter.
El mito del súcubo pudo haber surgido como explicación del fenómeno de las poluciones nocturnas y la parálisis del sueño. Según otras perspectivas, las experiencias de visitas sobrenaturales claras pueden ocurrir por la noche en forma de alucinación hipnogógica.
Este personaje es una de las bases de la figura del vampiro.
Etimología
La palabra «súcubo» proviene de una alteración de succuba; La propia palabra deriva del prefijo sub- que significa «debajo de, debajo», y del verbo cubo, cubare, que significa «yacer». Por lo tanto, el súcubo es alguien que queda bajo otra persona, mientras que un Incubus (latín in-, la posición en este caso es «encima») es alguien que queda sobre otra persona también es llamado sharon.
Apariencia
La apariencia de los súcubos varía, en general, tanto como la de los demonios; no hay ninguna apariencia o representación definitiva. Sin embargo, se suelen pintar casi universalmente como seductoras mujeres desnudas con una belleza no terrenal, a menudo con alas demoníacas. De vez en cuando, se les dan otros rasgos demoníacos, como pueden ser los cuernos, una cola con una punta terminada en triángulo, ojos de serpiente, colmillos, serpientes enrolladas a su cuerpo, etc. A menudo, simplemente aparecen en los sueños como una mujer atractiva y desnuda de la que la víctima no puede deshacerse de ella ni olvidarla, incluso después de despertar.
Motivaciones
La versión más difundida es que los súcubos atacan a sus víctimas para absorber la sangre o energía vital del hombre y así alimentarse. A menudo, esto provoca en el hombre dolencias físicas y espirituales, y hasta la muerte.
Datos curiosos
En el siglo XVI, una talla o escultura de un súcubo fuera de una posada, indicaba que también funcionaba como burdel.
Íncubo
Íncubo (del latín Incubus, in, ‘sobre’ y cubare, ‘yacer’, ‘acostarse’) es un demonio masculino en la creencia popular europea de la Edad Media que se supone se posa encima de la víctima durmiente, especialmente mujeres, para tener relaciones sexuales con ellas, de acuerdo con una cantidad de tradiciones mitológicas y legendarias. Su contraparte femenina se llama súcubo. Un íncubo puede buscar tener relaciones sexuales con una mujer para convertirse en el padre de un niño, como en la leyenda de Merlín.[1] Algunas fuentes indican que puede ser identificado por su antinatural frío pene.[2] La tradición religiosa sostiene que tener sexo con un íncubo o súcubo puede resultar en deterioro de salud, o incluso hasta la muerte.[3] Las víctimas viven la experiencia como un sueño sin poder despertar de éste.
Mito
Si la mujer queda embarazada puede dar a luz niños deformes, de fácil control por parte del mal, o con habilidades especiales (como el mago Merlín, hijo de un íncubo y de una prostituta, según una de las tantas versiones de su nacimiento, otra versión de la leyenda dice que la madre era una monja seducida por el demonio, otra de las versiones sostiene que la madre era una célibe hija de un rey menor de Gales del Sur). El íncubo succiona la energía corporal de la persona en el momento de la copulación, de esta manera vive o se hace más fuerte. En casos extremos de acuerdo a quienes los estudian, puede llegar a darle un paro al corazón de la víctima e incluso matarla por la succión energética ocasionada, dejando a la víctima débil o enfermiza.
Caracteres mitológicos similares
Se le conoce por diferentes nombres alrededor del mundo de acuerdo al folclore popular regional.
En Brasil es conocido como Boto, un ser joven y bello, traje blanco, zapatos blancos y su característico sombrero blanco que busca tapar una parte de la cara y el agujero en el alto de su cabeza.
En la provincia chilena de Chiloé es conocido también como el Trauco, representado como un enano que seduce a las jóvenes en pubertad, algunas veces el trauco es usado para explicar embarazos no deseados o súbitos, especialmente en las mujeres no casadas.
En Colombia se le llama "El mohán", y lo describen como de corta estatura y de cabello largo. Seduce a las mujeres de ojos grandes y pelo largo mientras se bañan o se peinan a la orilla de un río. Lo caracterizan también por tocar la flauta o el tambor.
En Ecuador se le llama "Tintin", y lo describen a menudo como un duende. De corta estatura y que seduce a las mujeres mientras se bañan o duermen que comúnmente vive en árboles grandes o antiguos, razón por la que se explican embarazos.
Otra versiòn es el llamado "Chusalongo", una entidad vestida de negro un Hombre alto apuesto que merodea en los paramos, seduce a las chicas y luego cambia de forma a la de un enano peludo con garras, esta leyenda también era empleada para explicar los embarazos no deseados, principalmente en el sector de la provincia de Chimborazo (provincia) y Cotopaxi (provincia)
En Guatemala es conocido como El Sombrerón, un ser de reducida estatura, galante, que viste de negro, utiliza minúsculas botas y un enorme sombrero (de ahí su nombre), seduce a las mujeres jóvenes, enamorándolas con bellas canciones.
En Honduras se le conoce como el Duende, es de baja estatura y secuestra a las mujeres de los pueblos para casarse con ellas, ataca a los esposos o novios de las mujeres tirando piedras o agua por la ventana.
En Hungría es llamado liderc y puede ser un amante satánico que vuela por las noches, y parece como una luz arrolladora o como un pájaro de fuego.
En Paraguay es conocido como Kurupí, un ser mitológico con un miembro viril gigantesco, que secuestra mujeres para violarlas; también en la mitología guaraní, el Pombero -hombre enano, flaco, de abundante vellosidad- secuestra y viola a mujeres a las que deja generalmente embarazadas.
En El Salvador, es conocido como Cipitío, enano y panzón que enamora a las mujeres.
En México se le llama "Rauel", y lo describen a menudo como de corta estatura. seduce a las mujeres mientras se bañan o duermen sosteniendo su seno derecho, convenciéndolas de que lo que hacen está bien porque es placentero, persuadiéndoles. Lo caracterizan también por ser responsable de violaciones de padres a sus hijas.
En Panamá se le denomina "Zangano"; pero en el caso de su mito local, a las mujeres no las embaraza, solo las molesta al no acceder éstas a sus peticiones.
En Venezuela se le denomina "Zangaretón", que es el hombre que se hace valer de cualquier forma animal para viajar de un lugar a otro, para después violar a la mujer que desea. Se dice que estos seres son transformaciones de hombres que se valen de la Magia Negra.